La
Biblia está llena de ejemplos de adoración profana y abominable al Señor de
pueblos paganos, pero también de adoración del pueblo de Dios, la cual fue una
abominación al Señor por violar los principios de autoridad y sujeción del
Reino. Veamos algunos ejemplos:
A.-
Caín. Génesis 4:4-7.-
“Y Abel trajo también de los
primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado
a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su
semblante. Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha
decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres
bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te
enseñorearás de él”.
Dios
aceptó la ofrenda de Abel y rechazó la de Caín. En el verso 7 se nos da la
razón del rechazo “mal vivir; el pecado”. La
ofrenda y la adoración pueden ser rechazadas por Dios cuando el oferente vive
mal.
B.- Nadab
y Abiú. Levítico 10:1-2.-
“Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario,
y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante
de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego de delante de
Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová”.
Nos
narra el pecado de Nadab y Abiú, hijos de Aarón. Ellos eran sacerdotes y
ofrecieron a Dios incienso. Es curioso pero el Señor lo rechazó y los castigó
con la muerte. La explicación vino en la Palabra; ofrecieron fuego extraño que
El nunca les pidió. Ellos irrespetaron
el orden de autoridad establecida por Dios.
C.- Saúl. 1 Samuel 13. Este pasaje narra los momentos en que Saúl
usurpa el lugar de Samuel como sacerdote para dar a Dios ofrendas ante la
tardanza del profeta. Dios a través de Samuel, censura al Rey y le decreta el
fin de su reinado. Su adoración violó
los principios de autoridad, por tanto, su adoración y sus ofrendas se
volvieron abominables ante Jehová.
¡Un
mal corazón anula el poder de una buena ofrenda!