En
1658 John Bunyan fue detenido por predicar la palabra de Dios sin la licencia
correspondiente en aquella época. Sin embargo, continuaba haciéndolo y por eso
fue encarcelado en la prisión del condado, en Silver Streer, Bedford, en
noviembre de 1660. Estuvo encerrado durante tres meses, pero al negarse a dejar
de predicar, su confinamiento se extendió durante un período de cerca de doce
años, pero esto no lo limitó y se convirtió en un autor prolífico desde su
celda. No era un erudito, excepto de la Biblia, pues conocía muy bien las
Escrituras. Sus libros son en su mayoría sermones ampliados. Estos son algunos
de sus consejos en uno de sus sermones sobre la oración:
“Concluiré
mi discurso sobre la oración con los siguientes consejos para el pueblo de Dios:
1. Cree que, tan cierto como que estás en
los caminos de Dios, que encontrarás tentaciones.
2. Por tanto, espéralas desde el primer día
de tu entrada en la congregación de Cristo.
3. Cuando lleguen, ruega a Dios que te guíe
y ayude a pasarlas.
4. Vigila cuidadosamente tu propio corazón;
que, no te engañe en contra de las evidencias del cielo, ni en tu andar con
Dios en este mundo.
5. No te fíes de las lisonjas de los falsos
hermanos.
6. No te apartes de la vida y el poder de la
Verdad.
7. Mira mayormente a las cosas que no se
ven.
8. Desconfía de los pecados pequeños.
9. Que la promesa no se enfríe en tu
corazón.
10. Renueva tu actitud de fe en la sangre de
Cristo.
11. Medita en la obra de tu regeneración.
12. No renuncies a correr con los que van en
cabeza en la, carrera.
La
gracia sea con vosotros”.-
John
Bunyan, Año 1660.-
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Vida Cristiana